viernes, 28 de octubre de 2011

Spartian Crónical - La parábola del Angel

       -        6
Stadium Sol - ¡ah no!

1-0 David
1-1 Javier Ayuso
1-2 Jose
2-2 Fernando
2-3 Javier Ayuso
3-3 Jorge
4-3 Juan
5-3 Juan
5-4 Miguel Ángel
6-4 Fernando

(o algo parecido)

Alguien vaticinó que después de la tormenta vendría la calma. Pues debe ser en su pueblo, porque ayer de calma nada. Nos presentamos 18 a jugar, más bien a nadar, sobre los inmensos charcos originados por las lágrimas del equipo rojo al confirmar la ausencia de su cancerbero. Sin embargo, durante gran parte del encuentro Felipe consiguió eclipsar a Dámaso despejando cada balón de puños y sin guantes. Parece ser que entrena sus nudillos con algún panoli en las típicas parrandas del Saturday Night.

(Así estaba el campo)

Comenzamos 10 minutos antes por intentar aprovechar al máximo la luz natural y terminamos 10 minutos después a regañadientes. Allí nadie quería irse; ni a casa, ni a las duchas, ni... ¿al bar de la esquina?. Que alguien nos de un golpe en la cabeza porque no puede ser: en total, 1 hora y 20 minutos de corre calles sin descanso que todos aguantaron sin problemas relevantes. Ya quisieran algunos de los que se auto denominan profesionales estar a este nivel.

En general, el partido estuvo muy equilibrado, divertido e intenso. Por ambas partes pudimos contemplar juego colectivo, férreos marcajes, fallos clamorosos y, por supuesto, goles de todo tipo: de cabeza, de tiros lejanos, a contragolpe, a mogollón, de picardía,... incluso de vaselina; mención especial a la que ejecutó Miguel Ángel desde 43 metros con una parábola trazada con tiralíneas, efecto envolvente, y subviraje retro alimentado, ante la que, evidentemente, nada se podía hacer.

(igualito)

Las alternativas en el marcador fueron continuas hasta que los azules, en un derroche de energía, se pusieron las pilas ejerciendo una incómoda presión sobre sus oponentes que, nerviosos e imprecisos, acabaron iéndose por la patilla. Ni siquiera el eterno tiempo de descuento les sirvió para maquillar el resultado.

domingo, 9 de octubre de 2011

Jota Journal - El Gran Cañon del Guadalix

9:00 AM, ni el tato en las calles, mucho menos en el monte y no digamos en bici. Asistencia bajo mínimos: Agus y Miguel me acompañan en la aventura. 8º de temperatura -¡Huy que frío!- exclaman.

Mientras Agus nos enseña lo reluciente que lleva la burra (je, je, igualita que al final) muestro a los compañeros los tomates (más bien melones) de mis botas en un intento de limpiar mi conciencia por el vil atropello que estoy apunto de cometer, y es que botas gratis, y de competición, no se consiguen todos los días.

Nos ponemos en marcha esperando los 15 minutos de rigor (Javi y Luis deben estar en estado comatoso). Nada más empezar, la primera dificultad: a bajar los escalones, cada uno como puede o como quiere, que el miedo es libre. Iniciamos la subida a ritmo decente y entramos en calor en la rampa de acceso al coto -¡Huy que calor!- reclaman. Se sube fácil ¿verdad Agus? o al menos eso le dice vacilante a un grupo de bikers perplejos ante semejante heroicidad y que no tienen más remedio que echar pie a tierra para digerirlo y volver a casita con el rabo entre las piernas.



Y de rabos iba la cosa hoy: equinos, vacunos, conejiles e incluso humanos. Si señor, con esas escopetas al hombro yo también lo tengo más grande que nadie. Pues eso, que detrás de cada seto nos esperaba una sorpresita diferente: potros salvajes, terneros, vacas, algún que otro cabestro, un semental exponiendo sus grandes dotes y, como decía, un sin fin de cazadores en busca de los peludos conejos. ¡Cómo es la naturaleza: solo faltó cruzarnos con una tía en bolas!

En la zona del abrevadero Agus competía por recoger más moñigas que ninguno. Parecía Fernando Alonso acumulando goma al final de un gran premio. Me han llegado noticias de que Sanidad le va a clausurar el coche durante una temporada (a Agus, no a Fernando). Miguel se empeñaba en retar al ganado a dos palmos de sus narices y yo me dedicaba a marearlos un poco perdiendo el rumbo de vez en cuando.

Después de un par de tramos de pista rápida iniciamos el descenso al río. Aquí desfasamos un poco (no es para menos). Creo que las imágenes hablan por si solas, así que, mejor que lo veáis:


Una vez repuestos de tanta emoción y a una hora más que decente, ponemos rumbo a los coches no sin antes observar la cuesta que hay que bajar para (según Agus) hacerse dignos de la Jota. Allí se queda, con Miguel, viéndome bajar y maldiciendo: -Un año más repetiremos primero de Jotastinismo-. Están pensando en crear una Tuna con capa y todo.



Reportaje gráfico completo en:

https://picasaweb.google.com/102902827457672509405/20111009SanAgustinDeGuadalix?authkey=Gv1sRgCOvW_sOy5r24OA#slideshow

https://picasaweb.google.com/cgarcioso/20111009GuadalixDehesaYRio#slideshow

jueves, 6 de octubre de 2011

Spartian Cronical - La profecía

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¿Sta diu in Solanum?


Después del preceptivo calentamiento esta vez aderezado por las aventuras, desventuras y suposiciones varias de aquella que, con ochenta y cinco primaveras al alba, pasea a mucha honra su desvergüenza para escarnio de su propia descendencia y ante un populacho muy lejos de permanecer impertérrito, ...comienza el partido.

En los primeros instantes, sin tregua para recomponer nuestro propios esquemas, iniciamos lo que podríamos calificar como acoso y derribo sobre la portería rojilla. Fernando, Diego, David y Roberto, entres postes y largueros, hicieron temblar sus cimientos y pronto llegaron los dos primeros goles: un pepinazo de Juan y, casi seguido, otro de David. En ambos casos resultó espeluznante observar, desde la distancia, cómo el temible cuero se abría paso entre piernas y otros miembros hasta mancillar el honor de Dámaso: se mascaba la tragedia.

  ¿cueros, piernas, miembros, mancillamiento, ...?
  Ya estamos otra vez con los mensajes subliminales, es lo que tiene la madrugá.

Parecía que se iba a cumplir la profecía con la que desde primera hora de la mañana atormentaba a mi contrario.

  "Te van a caer tropecientos, mejor quédate en casa" - dijo el profeta.
  "Mmm" - murmura mi contrario aparentemente impasible.

Sin embargo, en un acto de valentía sin igual, tanta como imprudencia, ellos avanzaron sus líneas al tiempo que nosotros cedimos terreno. Teníamos una buena renta, pero insuficiente, y ya sabemos como se las gastan estos endiablados. Tocaba defender.

Una línea de cuatro muy bien ordenada, con Paco, Oscar, Juan y Javier, al quite de los envites. Algún tiro lejano con mala intención y peor suerte (para ellos) y un poco de emoción en forma de error que logré solventar justo a tiempo. Ellos, los Joses, que merodeaban por allí con hambre y sed de gol, lo presenciaron en primera persona. A ambos se les quedó esta cara (cualquiera diría que son de la misma especie).


(Entre gol y gol, lechuga, que es lo único que se comieron estos)

Mientras, al contraataque, nos empeñábamos en fallar todo lo que pudimos al más puro estilo Dieguil. No sé dónde compramos los calcetines pero nos aprietan de cojones y no nos llega el riego a los pies. Pero ¿con qué hacemos las cosas? Pues con los pies de toda la vida ¿verdad? Así nos va.

Al final David les dio la puntilla y Alejandro, en el tiempo de descuento, marcó un gol de pillín.

Espero impaciente vuestro comentarios sobre el tercer tiempo y la nueva musa que ahora nos ilumina