Solanum goleatus est
Jugadores y goles:Rojos: Dámaso, Marcos, Felipe(1), Alejandro(1), Diego, Jose(1), Martín, Juan Carlos(1)
Azules: Carlos(1), Javier, Paco A., Paco P., David(1), Juan(3), Roberto(1), Fernando(3)
Árbitro:
Ninguno, y que ni se le ocurra acercarse
Incidencias:
Roberto no llegó tarde.
Un penalti en cada portería, ambos transformados.
A Juan se le rompió una uña
Recibimos la visita de Jose GFR (cada día se le ponen los dientes más largos)
Juan Carlos volvió a marcar
No sé por donde empezar. A la vista del resultado final es difícil hacerlo sin caer en los tópicos, pero no hay más vuelta de hoja, ni más cera que la que arde, ni dos sin tres o, más bien, sin nueve. Y es que, de cuando en cuando nos gusta ponernos el traje de faena y recordar a los aspirantes quién es el vigente campeón y quién seguirá siendolo por mucho que les duela y por mucho mikasa blanco, amarillo, o rosa, que nos impongan. Precisamente con dicho balón no conocemos la derrota: claro, somos un equipo tan técnico ...
De verdad me resulta cada vez más dificil recordar todos y cada uno de los goles, y no es por falta de empeño, es que me hago mayor y las pocas neuronas que me quedan las consumo soñando con el gol perfecto. Quizá lo hayamos visto hoy, y no es el penalti que le he marcado a Dámaso (ese queda en anécdota caprichosa), me refiero a la triangulación de tiralíneas con remate final de Roberto, de tacón cruzado, que traspasa leeeeeeeentamente el marco de Dámaso: una verdadero gol romáaaaantico.
Para entonces posiblemente fueramos ya 6-0 (si fuera futbolín en vez de futbol 7...) Juan y Fernando se ponían literalmente las botas, Roberto y David corrían como gacelas buscando la espalda de su rival, los Pacos acompañados por Javier resultaban infranqueables: el que no despejaba el balon soltaba la patada, y un servidor se lo pasaba como un enano con el balón en los pies.
Por su parte, todos los rojillos tuvieron su momento de 'gloria': a Marcos no se le vió por la banda, quizás mermado por su maltrecha rodilla, Felipe sacrificado en defensa, Diego desubicado después de probar las mieles azulonas, Jose sin chispa ¿demasiado gimnasio?, Martín enredado en sus propio regates, Juan Carlos a lo suyo -pues le reviento-, Alejandro enrrabietado pero poco efectivo, Dámaso de cháchara con una rubia acosadora del público ¿o era un rubio? uuyyyy,...
A última hora los rojillos se lanzaron a la desesperada, que no es la morena del bar, y lo único que consiguieron fue un intercambio de goles para maquillar el resultado final que, dicho sea de paso, pudo haber sido un 10-3 de no haber sido por las artimañas de algunos.
Se me olvidaba, ya tenemos himno por obra y gracia de los mesoneros. Solo nos falta saber de donde procede tan apasionante melodía y reproducirla como politono.