2 - 0
"Solanum blue arenus"
Jugadores y goles:
Rojos: Dámaso, Miguel Angel, Javier G., Felipe, Marcos, Alex, Juan Carlos, Jose D.(1), Jose M.
Azules: Carlos, Javier R. (-1), Pedro, Javier GF., Martín, Jose Luis, Diego, Jorge, Juan.
Se equivocan los que piensan que después de perder un partido como el de hoy me abandona la inspiración para escribir estas lineas. Nada más lejos de la realidad. Yerran los que celebran con algarabía oligofrénica y desenfrenada su pírrica victoría. Pero dejemos que lo disfruten, que se embriaguen, y que la emoción anule sus sentidos. Pronto sus sueños se transformarán en pesadillas y vivirán atormentados el resto del verano. A los que se pregunten "¿Qué se ha fumao este hoy?" les diría que rememoren y analicen lo sucedido la temporada anterior.
Dejando a un lado, y a medias, la botella de los augurios me centraré en los aspectos puramente deportivos de una tarde de sol de injusticia a pesar del cual el público acudió en masa a tan magno evento. Se agradece especialmente la presencia de padres con sus retoños (David y cía): eso es, haciendo escuela desde bien temprano.
Iniciamos los preceptivos ejercicios de calentamiento con inusual derroche de balones que algunos sisaron a hurtadillas a sus herederos: ¡Qué vergüenza, a vuestra edad jugando con la ilusión de los más inocentes! A las primeras de cambio se cuela un balón en el tejadillo de los vestuarios. Y ahora ¿qué le decimos al chaval? ¿con qué cara vuelve su padre a casa? cansado, mal oliente, beodo, y sin el balón de la primera comunión. ¿Sabéis lo que significa para un niño un balón nuevo? Integración, amigos, poder,... Vamos, me pasa a mí con 7 años y el trauma es de aupa (si no lo tengo ya).
El partido en sus inicios resulta muy farragoso, espeso y sin jugadas vistosas. Entre tanta extremidad algunos sacaron a relucir sus cueros, más o menos cabelludos, más o menos voluminosos. La estratégia, perfectamente diseñada por el presi, daba sus frutos y un misil rojillo tropieza en algún miembro de Javier hasta impactar en las redes azulonas.
Javier, cruel y vengativo como nunca se le vió, se afana en amargarle la vida a los más inocentes y después de varios intentos cuela otro balón en el tejadillo ¡será sádico el tio!
Los azules lo intentamos todo: balones largos a la olla, correr como diablos, tocar desde atrás, hasta el punto de descuidar la zaga y encajar un nuevo gol de Jose D., con el espolón, a pase de Alex. Pudieron ser más: de nuevo Jose D. a bocajarro y, sobre todo, Juancar completamente solo con tiempo suficiente para pensar, colocarla, reventarla... y fallar una vez más: de verdad, ya no sé qué hacer para que meta gol.
Por un momento se asomarón los fantasmas de las remontadas agónicas pero Dámaso, una vez más, fue factor determinante desbaratando un envite tras otro. Mientras, Jose D. utilizando viejas artimañas pretendió desestabilizarnos con una falta de libro protestada vehementemente: una cosa es que dentro del area chica no se pueda tocar al portero y otra muy distinta es que fuera de ella pueda ser objeto de las más viles perrerías.
Así acabó el partido pero no la jornada. Como la situación no está para tirar balones fuera, un espontáneo, con el apoyo de las bases, ascendió hasta el tejadillo y liberó hasta 4 balones de las fauces del mal, devolviendo la ilusión a cientos de niños y la conciencia a sus progenitores.
El tejadillo me deparó muchas sorpresas, esta es una de las que os puedo enseñar, no os imagináis quien me esperaba en la cama:
P.D.: Jose Luis, espero que entre backups y cadenas consigas dedicarle un rato a la lectura y se te haga más amena la noche.
Se equivocan los que piensan que después de perder un partido como el de hoy me abandona la inspiración para escribir estas lineas. Nada más lejos de la realidad. Yerran los que celebran con algarabía oligofrénica y desenfrenada su pírrica victoría. Pero dejemos que lo disfruten, que se embriaguen, y que la emoción anule sus sentidos. Pronto sus sueños se transformarán en pesadillas y vivirán atormentados el resto del verano. A los que se pregunten "¿Qué se ha fumao este hoy?" les diría que rememoren y analicen lo sucedido la temporada anterior.
La inspiración de algunos
Dejando a un lado, y a medias, la botella de los augurios me centraré en los aspectos puramente deportivos de una tarde de sol de injusticia a pesar del cual el público acudió en masa a tan magno evento. Se agradece especialmente la presencia de padres con sus retoños (David y cía): eso es, haciendo escuela desde bien temprano.
Iniciamos los preceptivos ejercicios de calentamiento con inusual derroche de balones que algunos sisaron a hurtadillas a sus herederos: ¡Qué vergüenza, a vuestra edad jugando con la ilusión de los más inocentes! A las primeras de cambio se cuela un balón en el tejadillo de los vestuarios. Y ahora ¿qué le decimos al chaval? ¿con qué cara vuelve su padre a casa? cansado, mal oliente, beodo, y sin el balón de la primera comunión. ¿Sabéis lo que significa para un niño un balón nuevo? Integración, amigos, poder,... Vamos, me pasa a mí con 7 años y el trauma es de aupa (si no lo tengo ya).
El partido en sus inicios resulta muy farragoso, espeso y sin jugadas vistosas. Entre tanta extremidad algunos sacaron a relucir sus cueros, más o menos cabelludos, más o menos voluminosos. La estratégia, perfectamente diseñada por el presi, daba sus frutos y un misil rojillo tropieza en algún miembro de Javier hasta impactar en las redes azulonas.
Javier, cruel y vengativo como nunca se le vió, se afana en amargarle la vida a los más inocentes y después de varios intentos cuela otro balón en el tejadillo ¡será sádico el tio!
Los azules lo intentamos todo: balones largos a la olla, correr como diablos, tocar desde atrás, hasta el punto de descuidar la zaga y encajar un nuevo gol de Jose D., con el espolón, a pase de Alex. Pudieron ser más: de nuevo Jose D. a bocajarro y, sobre todo, Juancar completamente solo con tiempo suficiente para pensar, colocarla, reventarla... y fallar una vez más: de verdad, ya no sé qué hacer para que meta gol.
Por un momento se asomarón los fantasmas de las remontadas agónicas pero Dámaso, una vez más, fue factor determinante desbaratando un envite tras otro. Mientras, Jose D. utilizando viejas artimañas pretendió desestabilizarnos con una falta de libro protestada vehementemente: una cosa es que dentro del area chica no se pueda tocar al portero y otra muy distinta es que fuera de ella pueda ser objeto de las más viles perrerías.
Así acabó el partido pero no la jornada. Como la situación no está para tirar balones fuera, un espontáneo, con el apoyo de las bases, ascendió hasta el tejadillo y liberó hasta 4 balones de las fauces del mal, devolviendo la ilusión a cientos de niños y la conciencia a sus progenitores.
El tejadillo me deparó muchas sorpresas, esta es una de las que os puedo enseñar, no os imagináis quien me esperaba en la cama:
P.D.: Jose Luis, espero que entre backups y cadenas consigas dedicarle un rato a la lectura y se te haga más amena la noche.