4 - 0
¿Está Solanum Gafao?
1-0 Diego
2-0 Martín
3-0 Jose
4-0 Alejandro
Este cronista no puede faltar a su cita futbolera, y a pesar de innumerables incidencias pone a su disposición una vez más el relato de lo acontecido ayer sobre el terreno de juego.
Para empezar, iniciamos el calentamiento muscular con unas cosas redondas, duras como piedras, a las que algunos llaman pelotas. Estuvimos allí “dale que te pego” hasta que a alguien le dio por reducir la presión. Pero se pasó de la raya hasta el punto de que al final jugamos con globos, como de costumbre. Y menos mal, de no ser así alguno hubiera perdido algo más que un ojo: quizá los dos.
Dejando a un lado los detalles más escabrosos, la cosa empezó equilibrada. Es decir, los rojos con infinitas oportunidades fallidas y los azules con infinitos fallos inoportunos. Hubo que sacar la mano a pasear, incluso fuera del área, para contener las acometidas. Tuvimos que pasar por encima de Diego hasta en dos ocasiones, algo que no olvidaría y vengaría más adelante de punterazo espectacular casi sin ángulo…
¡ Traidor ! Bonita manera de agradecer las enseñanzas de pitufilandia recibidas en el pasado.
(Así dejó el balon Diego claro que, no hubo más remedio que deshacerse de él)
Sin tiempo para asimilarlo Martín se presentó casi sin querer ante una nube de rivales y les dedica lo que en mi pueblo llaman una romántica, así como... a cámara lenta, con suavidad, sin sobre saltos, acariciándola telegráficamente hasta el fondo.
En un alarde de valentía adelantamos líneas e iniciamos una presión que parecía que podría dar sus frutos. Sin embargo, Dámaso se encargaba de desbaratar cada intento. Y digo yo: ¿porque no se jubila ya? que deje sitio a los jóvenes que vienen empujando fuerte y así los partidos saldrán más equilibrados. ¡Si es que no hay manera de encajarle un gol, leñe!
La cosa se complicó cuando Pacopo quiso regatear en un palmo a toda la delantera rojilla. Evidentemente lo suyo no son las distancias cortas y el regalo lo aprovechó Jose con un tiro raso y cruzado ante el que había dos opciones: estirarse desde el pie al pescuezo aun a riesgo de maltratar las costillas y descuadrar las cervicales que, por cierto, mi dinero me cuesta recolocarlas por el fisio -¿me dejáis pasar la factura?- o ver pasar el balón. Estaba claro: 3-0 y nada que objetar.
Dámaso, mientras, a lo suyo: en alguna ocasión sacó a pasear a su amiga palomita para lucirla ante el personal. ¡Que asco le tengo!.. a la palomita.
(así cualquiera)
Y como suele ocurrir cuando falta el oxígeno y las piernas de los mortales no responden, a Alejandro le da por correr: por la banda, por el centro, con balón, sin él, ... pero ¿ande vas alma de cántaro? pa que, si no es por no meterla, pero es que asin no tiene ni pu*a gracia. Pa correr solo pues te quedas cuando acabemos y metes todos los goles que quieras. Si te van a aplaudir igual. Te lo digo desde el cariño: retírate ahora que estás en to lo alto y no te olvidaremos nunca jamás.
Juan Carlos tuvo su oportunidad pero ... otra vez será